
He tenido este libro en mi lista de lecturas por mucho tiempo, ya que aborda una problemática que en nuestros países de Latinoamérica representa una herida abierta, de la que brotan sangre y podredumbre día tras día. Es una herida que duele y lastima, pues, aunque ha sido más visible en los últimos años, sigue estando plagada de injusticias, dolor, muertes y desapariciones. Sabía que este libro resonaría en lo personal y que su impacto permanecería en mí durante mucho tiempo.
Este libro se presenta como un mapa y un mosaico en homenaje a Liliana y al amor que su familia y amigos sienten por ella. Se torna tan íntimo porque a través de su escritura accedemos a sus más profundos pensamientos, y resulta igualmente conmovedor conocer los detalles de sus últimos meses y su último día.
La valentía y la prosa de la autora, en mi opinión, logran hacernos sentir cada emoción y convertirnos en un observador omnipresente de las narraciones que cobran vida a través de sus letras. El valor de ponerle un rostro y un nombre a un asesino que de momento no ha enfrentado las consecuencias de su crimen es fundamental. Sin embargo, también es esencial dejar de presentar a las víctimas únicamente como sombras de aquellos que ya no habitan nuestro mundo. Este libro logra, con magistral sensibilidad, hacer que veamos a Liliana no solo como un nombre en una lista de injusticias, sino como un ser humano pleno: amiga, hija, hermana y autora. Al hacerlo, le quita poder a su verdugo y lo devuelve a ella, restableciendo su dignidad y recordándonos que su vida tenía un significado profundo, y que Liliana vive en cada una de las personas que la recuerdan, la aman y buscan justicia. El amor de una hermana va más allá de todo plano terrenal 💜
En esta cuenta creemos que este libro es un libro que va marcar tu vida y le damos nota perfecta ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️estaré leyendo más obras de la autora


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